¿Tendrías Sexo Con Un Completo Desconocido o Desconocida? Un Vistazo al Experimento Que Encontró la Respuesta + Videos


A mediados de 1970, un psicólogo de la Universidad del Estado de Florida Russell Clark, daba una clase en un foro público del campus. En la sesión de preguntas y respuestas final, en palabras de su compatriota Elaine Hatfield, “les arrojó esta bomba” :

“Una mujer, bien parecida o no, no tiene que preocuparse del “timing” a la hora de buscarse un hombre. Llegue a cualquier momento. Todo lo que tiene que hacer es apuntar su dedo hacia un hombre a modo de invitación, susurrar 'ven a mi casa,' y listo habrá hecho una conquista. La mayoría de las mujeres pueden hacer que un hombre haga cualquier cosa que ellas quieran. Los Hombres tienen las cosas más difíciles. Tienen que preocuparse por la estrategia, el timing, y los trucos.”

Como se podría esperar, una gran parte de las mujeres de la audiencia se resintió por estas afirmaciones. Una incluso decidió que su lápiz tendría un mejor uso que como instrumento para escribir, y lo arrojó en dirección de Clark.

Pero Clark rápidamente calmó un poco el calor de la situación con un compromiso razonable. “No tenemos que pelear. No tenemos por qué enojarnos los unos con los otros,” imploró. “¡Es sólo una aseveración empírica. Vamos a diseñar un experimento de campo y vemos quién tiene razón!”

Y así lo hicieron. (videos más abajo)


Clark y un grupo de estudiantes planearon un simple experimento, el cual fue realizado la primavera de 1978: Cinco mujeres y cuatro hombres de edad universitaria se turnaron los días de la semana en uno de los cinco patios del campus de la universidad. Ahí uno de ellos esperaría a una persona del sexo opuesto, la cual –a su criterio – fuera atractiva. Se aproximaron a sus objetivos, y, con una voz relajada y calmada, debían declarar, “Te he visto en el campus. Y te encuentro muy atractiva(o).” El experimentador entonces preguntará una de las siguientes preguntas designadas al azar: “¿Saldrías conmigo esta noche?” “¿Querrías venir a mi apartamento esta noche?” o “¿Irías a la cama conmigo esta noche?”

Los resultados fueron fascinantes. Un total de 96 sujetos – 48 hombres y 48 mujeres – fueron abordados, divididos en 32 – 16 hombres y 16 mujeres – por cada pregunta. Casi la mitad de hombres y la mitad de mujeres aceptaron ir a la cita. Pero, cuando la sugerencia se tornó sexual, la diferencia en las respuestas entre los géneros fue escueta. Ninguna mujer aceptó ir a la cama con ninguno de los experimentadores varones, y sólo una (bendita sea) aceptó ir al apartamento del experimentador. Por otro lado, casi tres-cuartos de los hombres estuvo feliz de satisfacer tan excitantes propuestas.

Las respuestas de los sujetos se ajustaron graciosamente a los extremos de las diferencias en los datos. La mayoría de los sujetos hombres replicaron tranquila y abiertamente. “¿Por qué esperar hasta esta noche?” dijeron (indudablemente acompañados por una dentuda y tonta sonrisa). Las mujeres, sin embargo, respondieron con un disgusto incrédulo, girando los ojos y expresando, “Debes estar bromeando,” o replicando con otra pregunta, “¿Qué te pasa?”

A pesar lo intrigante del estudio, críticos de tres publicaciones científicas no le dieron la menor importancia.

“Además de la naturaleza cómica y las situaciones... no hay valor en este estudio,” replicó uno de ellos, añadiendo duramente, “Este papel debería ser rechazado sin la posibilidad de ser admitido a ninguna revista académica.”
Con las duras críticas en mente, Clark dejó el documento a un lado.

Después, mientras visitaba Madison, Wisconsin, Clark compartió su situación con su amiga, Elaine Hatfield, que para entonces era Profesora de Psicología en la Universidad de Wisconsin. Indignada, reescribió el estudio y lo mandó a dos revistas científicas más, fue rechazado nuevamente, pero en esa ocasión más amablemente.

Animado por Hatfield, Clark replicó el experimento en la primavera de 1982: “mismo protocolo, el mismo tiempo, el mismo lugar,” tal como Hatfield lo describió.

“Cualquiera que fueran los resultados obtenidos estábamos convencidos que serían interesantes,” recordaba Hatfield más tarde. “¿Las diferencias de género se mantendrán igual? Eso nos daría argumentos sobre la estabilidad cultural e imperativos evolutivos. ¿Las diferencias desaparecen? Esto podría hablar que factores sociales (como los movimientos por los derechos de la mujer y enfermedades mortales como el SIDA) han tenido un profundo impacto en el comportamiento sexual de hombres y mujeres.”

Los resultados fueron casi idénticos. Otra vez 3 de cada 4 hombres estarían dispuestos a tener sexo con una mujer desconocida, mientras que ni una sola mujer estuvo interesada.

Por los siguientes cuatro años, el estudio recibió muchos más rechazos. Pero finalmente, en 1988, fue aceptado por el Journal of Psychology and Human Sexuality.

“Los críticos no estaban muy entusiasmados, pero estaban dispuestos a publicarlo,” recuerda Hatfield. La ardorosa y larga búsqueda había terminado.

En el estudio publicado, Clark y Hatfield dejaron en su mayoría, que los datos hablaran por si mismos, pero si remarcaron el hecho curioso que los hombres estaban menos dispuestos a ir a una cita con una desconocida que a ¡tener sexo con ella! También llamaron la atención a la noción que ambos hombres y mujeres podrían tener el mismo interés en el sexo, pero los hombres no asociaban tantos riesgos con el acto. En 2011, el psicólogo de Michigan Terri Conley presentó datos que apoyaban esta interpretación.

Cualquiera sea la razón de esta disparidad, los datos apoyan claramente la afirmación que dio Clark en aquel foro hace una década.

“Todo lo que tiene que hacer ella es apuntar un dedo a modo de invitación a un hombre y susurrar 'ven conmigo a mi apartamento.'”

Aquí unos Videos inspirados en esta pregunta.

Chico preguntando a 100 chicas si quieren tener sexo con él.


Chica preguntado a chicos si quieren tener sexo con ella.


Chico ligando a otros chicos.


Chica ligando a otras chicas.


Dos chicas queriendo hacer un trío


Chico buscando hacer trío.


Fuente Original: Real Clear Science
Visto en: Disinfo
Traducción de @MudoZeitgeis para UnTipo de Traje y Corbata.








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