El Profeta Rock-Star Que Tenía Linea Directa Con Dios
Debido a la decadencia económica del
imperio romano de occidente, la iglesia católica tuvo que encargarse
poco a poco de la administración político-económica del imperio
que se desmoronaba, así que fue es estos tiempos en los que la
iglesia empezó a formar a los ex-ciudadanos romanos y de pasó
mantener la cohesión social por medio de la fe, poco a poco el poder
de la iglesia pasó de ser mera representación de Dios en la tierra
a convertirse en administración (gobierno) de occidente.
Las nuevas obligaciones de la iglesia
(educación de los feligreses, administración de propiedades,
acuerdos políticos, pagar los lujos de los papas, obispos, etc.)
requerían más fondos económicos, y las cruzadas y las limosnas ya
no eran suficientes, así que tuvo que inventarse una nueva formula
para obtener recursos (la venta de indulgencias), la cual cambiaría
tanto a los representantes de Dios en la tierra y los convertiría en
algo parecido a los políticos contemporáneos. Debido a todas estas
transformaciones de la iglesia no faltaron las críticas, ni los
pensadores y filósofos que buscaban “reformar” las
interpretaciones literarias de la biblia, entre ellos el más
reconocido y más influyente sería Martín Lutero, el cual gracias a
las enormes posibilidades que ofrecía la recién inventada imprenta
abrió la puerta a la lectura directa de la biblia y a su libre
interpretación, y fue gracias en parte a sus tesis que empezaron a
aparecer nuevas sectas cristianas cada una interpretando las
escrituras de manera diferente, entre ellas la que más nos importa a
efectos de este relato es la secta de Los Anabaptistas.
Münster fue la ciudad que poco a poco
se fue poblando por Anabaptistas, los cuales fueron tomando poco a
poco el control del consejo de la ciudad, y gracias nuevamente a la
imprenta se fueron mandando invitaciones en forma de sermones para
que aquellos Anabaptistas que eran perseguidos por su fe se mudarán
a la ciudad y así crear la Nueva Jerusalén ya que el juicio final
estaba cerca y los verdaderos ciervos de Dios debían reunirse para
recibir a su salvador.
Fue en estas condiciones de temor
religioso, de fe inquebrantable, de miedo al juicio final, de
persecución religiosa y de ignorancia que aparecería un profeta,
pero no un profeta cualquiera, uno que se sabía las escrituras al
píe de la letra, un profeta que estaba destinado a guiar al nuevo
pueblo elegido, un profeta con una linea directa con Dios quién le
contestaba cualquier pregunta o duda que se pudiera presentar, un
profeta que parecía sacado del viejo testamento, vestido todo de
negro con una enorme barba y largos cabellos, una mezcla de Gandalf,
Ozzy Osbourne y Charles Manson, panadero de oficio su nombre o unos
de sus varios nombres era Jan Matthys. Acompañado de su hermosa
esposa unos 20 años menor vestida completamente en blanco, se
dispuso a tomar el control de la ciudad y a guiar a sus ovejas por el
camino que Dios había dispuesto y le había explicado, ya que Dios
hablaba con él como si estuviera a un lado suyo.
Una persona de aquellos tiempos vista a
través de nuestros estándares modernos nos parecería un fanático
religioso, Jan Matthys era un fanático religioso para los estándares
de aquellos tiempos. En una ocasión, sin más decidió que los que
vivieran en Münster y no fueran Anabaptistas debían ser
exterminados, tras ser contrariado por los miembros del consejo de la
ciudad y haber consultado a través de su linea directa con Dios
decidió que sólo fueran desterrados de la ciudad y que sus
pertenencias fueran repartidas entre los creyentes. Después decidió
que no sólo las pertenencias de los no-creyentes fueran repartidas,
sino que en la ciudad ya no habría propiedad privada y que ya nadie
trabajaría para nadie, todos compartirían las riquezas y los
alimentos en la ciudad.
Podrás pensar amable lector o lectora
que al menos habría alguna oposición en la ciudad, y en efecto hubo
algunas personas que se quejaron al respecto, pero después de ver
como en la plaza pública torturaban al herrero el cual moriría 8 o
9 días más tarde, pues ya no hubo mucha oposición.
La ciudad de Müster en principio
estaba regida por un Príncipe Obispo el cual gobernaba desde el
exterior, tras recibir quejas de los ciudadanos católicos por el
creciente poder de los Anabaptistas cercó en varias ocasiones la
ciudad, sin embargo no pudo acabar con la enorme influencia de los
sacerdotes Anabaptistas, y ahora con el flamante profeta la ciudad
quedaría en manos Anabaptistas y el fervor religioso, el
autoritarismo y las profecías dominarían Münster y harían de la
ciudad un reino del terror y de fanatismo religioso, con monjas que
habían dejado sus hábitos, con cánticos en las calles,
decapitaciones por adulterio y espectaculares fiestas comunales donde
los ciudadanos compartían los alimentos, niños acusando a sus
padres de incrédulos y el profeta conversando con Dios a diestra y
siniestra, a veces discutiendo algún punto, a veces recibiendo
consejos del altísimo.
El Príncipe Obispo al ver que la
ciudad ya se le había ido de las manos reunió sus tropas para poner
fin a esta locura Anabaptista, los ciudadanos se pusieron en guardia
cerrando las puertas de la ciudad y repeliendo con facilidad el
primer ataque mal orquestado de las fuerzas del Príncipe Obispo,
Dios parecía estar de su lado, así que una mañana nuestro profeta
reunió a su guardia personal (unos 10 hombres) y decidió salir a
terminar con las fuerzas que acechaban la ciudad, montado en su
caballo blanco, con su espada y escudo, terminaría con el ejército
de pecadores, contrarios a la verdadera fe.
Los ciudadanos se reunieron en las
murallas de la ciudad donde tendrían una mejor vista de su profeta
terminando de una vez por todas con las fuerzas malignas que le
asediaban, la expectación era grande, los corazones palpitaban de
emoción, los fieles se preparaban a presenciar un milagro, los
tambores de batalla anunciaban el gran evento que venía a
continuación.
Es difícil de imaginar como se vería
un grupo de 11 hombres atacando a un batallón de 500, pero algo es
seguro, fue rápido, los ojos de los espectadores se abrieron
completamente al presenciar como una lanza atravesaba el torso del su
profeta abriendo su estomago y dejando salir sus entrañas, al hombre
favorito por Dios y en el que habían puesto su vidas y sus almas, le
fueron cortados sus brazos, sus piernas separadas del resto del
cuerpo, su cabeza clavada en una vara al igual que sus testículos,
el profeta había caído y con él las esperanzas del pueblo de
Münster se iban a la deriva, todo parecía haber terminado y sólo
era cuestión de tiempo para que la ciudad volviera a la normalidad y
al orden anterior.
Entre dudas e incertidumbres sobre el
futuro de los Anabaptistas, esa tarde en una ventana alumbrada por
velas, como si de un escenario se tratara, vestido completamente en
blanco, acompañado de la hermosa viuda del caído profeta, con la
juventud y la belleza de un actor, aparece un nuevo profeta el cual
sabía que esto pasaría desde hace días y el cual había sido
nombrado por Dios para tomar ahora el control del rebaño, él, que
había sido la mano derecha del profeta, Jan Van Leiden se presentaba
como nuevo representante de Dios en la tierra y se convertiría en el
nuevo pastor que llevaría a Münster al desastre final.
@MudoZeitgeist para Un Tipo de Traje yCorbata
Lectura recomendada: La Puta de
Babilonia de Fernando Vallejo.
Texto basado en Prophets of Doom del
Podcast Hardcore History de Dan Carlin.
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